Cristian Alejandro Diosquez llegó al Deportivo Colón en 1990 de la mano del “Pili” Melone cuando tenía tan solo 9 años. Con 40 años y luego de haber recorrido toda la provincia como un embajador del fútbol de nuestra Liga, sigue aferrado a la pasión y el amor por este deporte maravilloso. El periodista Hernán Laurino rescata desde las páginas de La Voz del Interior la historia de este guerrero del fútbol.
El Abreu cordobés: jugó en 21 clubes, tiene 40 años y pelea para que la pandemia no lo retire
Se llama Cristian Diosquez y es un delantero que jugó en muchos clubes y ligas del interior. Surgido de Deportivo Colón y Juniors, se prepara para volver a jugar y cerrar su historia.
Seguramente si alguien decide darse una vuelta por el interior cordobés y menciona su nombre y apellido en una cancha, lo hayan sentido nombrar. Lo conocerán.
Es que no es fácil haber pasado por tantos clubes de las ligas del interior de Córdoba y en todos esos lugares haber dejado un recuerdo grato.
A los 40 años, Cristian Diosquez, o simplemente “el Toro”, se anima a enumerar uno por uno esos 21 clubes que conforman su trayectoria.
Está claro, no llegó a jugar en grandes estadios ni salió en los canales deportivos de Buenos Aires. Su nombre nunca estuvo allí, aunque lo soñó de pibe.
Pero hoy puede estar orgulloso del camino recorrido, de tantos kilómetros andados detrás de esa pasión llamada fútbol.
Cristian Diosquez, delantero cordobés que jugó en 21 clubes de la provincia y que, a los 40 años, se quiere retirar en una cancha. (Gentileza Cristian Diosquez).
Y de tantos goles porque, según su cuenta personal, tiene “cerca de 200 tantos en 400 partidos jugados” desde la Liga Cordobesa, Liga Beccar Varela, Liga de Río Cuarto, Torneos Provinciales y Federales.
“El Toro” Diosquez se levanta cada mañana para seguir entrenando porque siente que la pandemia no lo va a detener. No lo va a retirar.
Quiere cerrar su ciclo como jugador en una cancha, haciendo o errando goles, pero en una cancha.
Su último club, si el coronavirus lo permite, será Granadero de Las Varas, en la Liga de San Francisco.
Pero ahora, sí, el propio Cristian larga su carrera de un tirón. Anoten:
“Son 21 clubes en mi carrera. Te los menciono a todos. Arranqué en Deportivo Colón, en lo que era la fusión de Escuela y Avellaneda. Después me fui a Juniors, seguí en Universitario y, luego, al interior: Atlético de Santa Rosa de Río Primero, Sportivo de Colonia Tirolesa en un Provincial; en 2005 estuve en Firpo de San Marcos Sud, Liga Bellvillense; después estuve tres años en el Bell de Bell Ville; Progreso de Noetinger; jugué el Torneo Federal con Las Palmas. En 2010 pasé por 8 de diciembre en Villa Concepción El Tío; luego, San Bartolo de Colonia San Bartolomé. Más adelante fiché en Atlético Almafuerte, en la Liga Riotercerense. Sigo: Central de Bell Ville, Cultural de La Para, Belgrano y Talleres de Berrotarán (sí, en los dos, ja), Huracán de Tancacha, Udcisa de San Agustín, Huracán de Las Varillas, Mitre de Las Varillas y Granadero de Las Varas, mi último club”.
“El Toro” surgió de Deportivo Colón y le auguraban un gran futuro como delantero. Pasó por General Paz Juniors y luego se probó y quedó en clubes como Ferro, Newell’s o Racing de Avellaneda.
Pero no le daban el pase, lo que lo terminaba obligando siempre a volver a Córdoba.
Su vida hoy lo tiene como jugador amateur, como en casi toda su carrera. Administrando un predio deportivo y vendiendo ropa, pensando en el después del fútbol.
“Yo manejo un predio deportivo, que tiene canchas de fútbol sintético. Y estoy en la venta de indumentaria deportiva también. Pero lo principal es lo del predio, que hace unos ocho años que estoy ahí. Las canchas quedan Camino a San Carlos. Estamos cerrados ahora, esperando qué nos van a decir por las restricciones”, cuenta ante Mundo D.
Cristian Diosquez, delantero cordobés que jugó en 21 clubes de la provincia y que, a los 40 años, se quiere retirar en una cancha. (Gentileza Cristian Diosquez).»El Toro» Diosquez y su paso por el Bell de Bell Ville, donde estuvo tres años. (Gentileza Cristian Diosquez).
“Ahora sigo siendo jugador de Granadero, de Las Varas, aunque esté todo frenado. Cuando arrancó la pandemia estaba ahí y este año arreglé por todo el año. Si se reanuda, aparentemente se haría un campeonato corto de agosto a diciembre; vamos a retomar ahí. Siempre me mantengo entrenando, soy mucho de ir al parque. Trato de hacer trabajos de pesas y mantenimiento en la casa. Una vez que reanudemos, voy a volver con todo”, se entusiasma “el Toro”, oriundo de barrio José Ignacio Díaz. Un tipo feliz, que formó su familia con su señora Patricia y sus tres hijos: Brenda, Melany y Joaquín.
Su carrera fue de andar mucho por el interior cordobés, donde lleva 18 años seguido jugando en clubes de aquí y allá.
“Hemos viajado mucho, empecé a hacerlo en el año 2003. Ya son 18 años y anduve por todo Córdoba jugando Provinciales y Federales. El fútbol del interior ha mejorado mucho. Antes se decía: ‘voy a jugar al campo’, hasta de manera despectiva. No es más así; las ligas del interior han mejorado, los clubes están bien económicamente y están a la altura de jugar cualquier torneo que vos te imagines. Hay ligas que están por encima de la Liga Cordobesa. La Beccar Varela, la de Liga Río Cuarto, la de Bell Ville tienen estructura, canchas, todo más fuerte que la Liga Cordobesa”, detalla.
¿Cuántos goles tiene en su historia? Lo dice, con su propio estimativo: “Yo hice un estimado de 400 partidos y 200 goles a lo largo de mi carrera. Lo fui calculando de a acuerdo a los partidos jugados en todos estos años. Me da un número redondo porque siempre tuve un 50 por ciento de efectividad de goles en cantidad de partidos. Y eso que antes no jugaba tanto de centro delantero, fueron pasando los años y te quedas entre los centrales, más cerca del arco (risas). Es un número bueno, lindo”, se enorgullece.
Cristian Diosquez, delantero cordobés que jugó en 21 clubes de la provincia y que, a los 40 años, se quiere retirar en una cancha. (Gentileza Cristian Diosquez).
-¿Alguna vez pudiste vivir del fútbol, económicamente hablando?
-Es difícil vivir del fútbol jugando de esta manera. Yo aposté al fútbol profesional hasta muy de grande y no se dio. Pero muchas veces me dio la posibilidad de vivir de eso siendo amateur, digamos. Mi primer autito que me compré, un 147, fue cuando empecé a jugar en el Bell de Bell Ville y me dieron plata por el préstamo del pase. Me fui haciendo mi casa y el fútbol me ayudó muchísimo a poder edificarla. Uno iba soñando con llegar a Primera, jugar en un equipo importante… Después llegás a una cierta edad, viene la familia, vienen otras presiones y buscás más seguridad. En un momento, a los 30 años, tuve la chance de irme a Perú de manera profesional. Tenía laburo fijo en una juguetería. Me tomé las vacaciones y me fui… A los dos meses tuve que volver y perdí el trabajo. Siempre aposté al fútbol y al sueño de ser profesional. No se me dio…
-Te habrán dicho muchas veces que estabas para más…
-Sí… Siempre me crucé con jugadores profesionales que me decían ‘por qué no llegaste, por qué no se te dio’… Uno siempre trató de ser profesional. Lo intenté de grande y no se dio. A esta altura creo que hay un destino para cada jugador y no lo podés torcer. Es mi visión. Hay muchas visiones distintas y son todas respetables. Luego de mucho andar creo que no solo llega el que juega bien, a veces se dan circunstancias para que pueda llegar aquel que no juega tan bien, que no es tan bueno. Y quedan muchos muy buenos jugadores en el camino. El fútbol es así, te guste o no. Una vez fuimos con un selectivo de jugadores de inferiores a entrenar porque vino (José) Pekerman a Córdoba. Nos aconsejó que teníamos que ser profesionales, cuidarnos. Y nos dijo una frase que recuerdo siempre: que de mil jugadores llegaba uno a ser profesional. Ese número me quedó en la cabeza. Yo pude haber sido un jugador regular o malo, no sé. Yo lo intenté siempre. Uno trató de estar a la altura, de entrenar al máximo, por más que estuviera jugando en el fútbol amateur. Y en los momentos importantes, cuando era joven, le erramos con mi viejo. Sacamos el pase de Deportivo Colón y me fui a Juniors, metí el pase ahí. Con ‘el Turco’ (Jorge) Zamar, un ex presidente, que me complicó la vida… Estuve en Newell’s, Ferro, no me quiso vender. Iba, quedaba, hacía pretemporadas y no me liberaban. Tenía 16, 17 años… Era la edad justa.
-¿En qué club sentiste que estabas cerca de cumplir tu sueño?
-Te diría que en Racing de Avellaneda, donde estuve entrenando un par de meses. Pero quedé justo en el momento que se va a la quiebra y no podían incorporar nuevos jugadores. Se iba a abrir el libro de inscripciones más adelante. En ese momento estaba entrenando ahí, con (Diego) Milito, con Mariano González, había unos jugadores bárbaros. Ahí entra (Fernando) Marín como gerenciador, llegaron con toda gente nueva y nos limpiaron a muchos. Me volví a Córdoba.
-¿Te gusta que te digan que sos el Abreu cordobés? Por la cantidad de clubes…
-La gente que me conoce me charla con eso que tengo más clubes que Abreu (risas). Ahora se retiró, pero llegó a 34 clubes el ‘Loco’, si no leí mal. Pero no lo voy a alcanzar, quédate tranquilo. Es mi último año, ya cumplí 40 años. Es una etapa que hay que cerrarla. También pasa por la familia, con esto de jugar los fines de semana, viajar, nunca estás en muchos momentos. Perdés cumpleaños, día del padre, día de la madre. Llegó el momento de decir basta, que es muy difícil. Va a quedar un espacio que no es fácil de llenar. Uno lo sintió así al fútbol, muy adentro… Uno le dio tanta dedicación y trató de llegar a ser el jugador que siempre soñé. No se dio, pero quería llegar a los 40 y terminar. Espero que pase este momento y no me retire la pandemia. Quiero jugar esta última parte del año. Para irme tranquilo, que lo di todo. Hasta el final…